EL CEMENTERIO DE LA
RECOLETA Y LA TUMBA DE EVA PERÓN
Durante la intendencia porteña de Torcuato de Alvear, comenzaron en 1881 su gran reconstrucción, inspirándose en la vieja Europa para realizar los cambios. Reformas no solo llevadas a cabo en el cementerio, sino también en sus alrededores: se abrieron nuevas calles, otras se pavimentaron, se realizaron desagües y se plantaron nuevas especies de árboles.
Entre los extranjeros enterrados en el cementerio nos encontramos con varios pesonajes, algunos de sangre azul y otros que fueron decisivos para la historia argentina.
Una nieta de Napoleón Bonaparte fue enterrada allí, debido a que su padre el conde Alejandro Colonna, hijo bastardo del Napoleón I y la condesa polaca María Walewska, se encontraba en Buenos Aires cumpliendo una función diplomática en representación de Francia. Su hijita recién nacida, falleció en este suelo con solo algunos días de vida. Se encuentran también Guillermo Brown, importante almirante. El erudito napolitano Pedro de Angelis, quien tuvo un desempeño al lado de Juan Manuel de Rosas, algunos años después fue enterrada su esposa Melanie Dayet, francesa y primera presidenta de las Damas de la Caridad de San Vicente de Paul. Mariette Lydis, condesa de Govone también se hace presente en el cementerio.
El en friso del pórtico del cementerio se ven trece alegorías. La esfera simboliza la eternidad, pues gira constantemente entre la vida y la muerte. Las alas abiertas, el alma que se libera con la muerte. La abeja es el emblema de la inmortalidad. El paño caído sobre la urna representa a la muerte. Las antorchas cruzadas, la vida y la muerte. El huso y un par de tijeras indican que se puede cortar el hilo de la vida, como lo hacían las parcas. El reloj de agua, marca las horas de la existencia. La serpiente que se nuerde la cola, la eternidad. La cruz con corona simboliza a Cristo. La cruz con la letra P es símbolo del crististianismo. El búho con alas desplegadas representa a la verdad y anuncia la muerte.
El cementerio tiene casi 5,5 hectáreas, albergando diferentes y originales estatuas, esculturas, bustos, ángeles, lujosos vitraux, puertas labradas con magnificas imágenes, gárgolas, haciendo de este recorrido un encuentro con una arquitectura única, un verdadero museo a “cielo abierto”. Más de 90 bóvedas han sido declaradas Monumento Histórico Nacional.
¿Quiénes ya no están enterrados aquí?
Son varios los personajes que ya no se encuentran enterrados en este lugar, el motivo de su partida se debe en algunos de los casos, al reclamo de ciertas provincias, quienes le pidieron a la Ciudad de Buenos Aires "el regreso" de sus ilustres ciudadanos, en otros casos, fueron los mismos familiares quienes se encargaron del traslado.
Fueron trasladados a Tucumán:
Juan Bautista Alberdi, estadísta y escritor, famoso por ser el autor de "Las Bases".
Gregorio Aráoz Alfaro, médico.
Gregorio Aráoz de La Madrid, militar.
Trasladados a diferentes lugares de Buenos Aires:
Juan Bautista Azopardo, marino. San Nicolás de los Arroyos.
Jorge Bunge. Pinamar, ciudad que había fundado.
Carlos Germán Burmeister, naturalista. Museo de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", La Plata.
Mario J. Buschiazzo, arquitecto. Burzaco.
Ramos Castillo, Presidente de la Nación. Olivos.
Dolores Costa de Urquiza, primera dama, mujer de Justo José de Urquiza. Olivos.
Antonio Devoto, empresario italiano. Villa Devoto.
Ramón Estomba. Bahía Blanca, ciudad que había fundado.
Alfredo Fortabat, empresario. Olavarría
Cecilia Grierson, primera médica argentina. Cementerio Británico.
Paul Groussac, escritor. Cementerio de la Chacarita.
Tomás Guido, militar. Catedral de Buenos Aires.
Arturo Jauretche, escritor. Cementerio de Olivos.
Anarcasis Lanús. Lanús, ciudad que había fundado.
José Gregorio Lezama, hacendado. Berazateguí.
Pedro Luro, hacendado. Mar del Plata
Carlos Maschwitz, ingeniero. Berazategui.
Florencio Molina Campos, pintor. Moreno.
Carlos Mugica, religioso. Capilla Cristo Obrero, Villa 31.
Lino Palacio, dibujante. Jardín de Paz
Luis Piedra Buena, marino. Carmen de Patagones.
Bernardino Rivadavia, Presidente de la Nación. Plaza Miserere, Ciudad de Buenos Aires.
Dardo Rocha, político y gobernador de Buenos Aires. Catedral de La Plata, ciudad de la que su fundador.
Ricardo Rojas, escritor. Cementerio de Olivos.
Adolfo Saldías, historiador. Cementerio de la Chacarita.
Eduardo Sívori, pintor. Cementerio de la Chacarita.
Alfonsina Storni, poetisa. Cementerio de la Chacarita.
Enrique Uadondo, historidos. Luján.
Baldomero Fernández Moreno, poeta. Chascomús.
Jorge Newbery, aviador. Cementerio de la Chacarita.
Roberto M. Ortiz, Presidente de la Nación. Cementerio de Vicente López.
Victorino de la Plaza, Presidente de la Nación. Cementerio Parque Memorial.
Trasladados a Entre Ríos:
José Sixto Álvarez, escritor. Gualeguaychú.
Ricardo López Jordan, politíco y caudillo. Paraná.
Eduardo Racedo, militar.
Trasladados a Córdoba:
Gregorio Funes, religioso. Catedral de Córdoba.
Leopoldo Lugones, escritor. Villa María del Río Seco.
José María Paz, militar. Catedral de Córdoba.
Dalmacio Véles Sarfield, jurista. Palacio de Justicia.
Trasladados a otras provincias:
Leonardo Castellani, escritor y religioso. Reconquista, Santa Fe.
Eduardo Castex. La Pampa.
César Cipolletti, ingeniero. Mendoza.
Juana Manuela Gorriti, escritora. Salta.
Joaquín V. González, escritor y político. Chilecito, La Rioja.
Gerónimo Espejo, militar. El Plumerillo, Mendoza.
Carlos María Moyano, marino y explorador. Santa Cruz.
Juan Esteban Pedernera, militar. Mercedes, San Luís.
Rudecindo Roca, militar. San Martín de los Andes, Neuquén.
Juan de San Martín y Gregoria Matorras, padres del General José de San Martín. Yapeyú, Corrientes.
Trasladados a otros países:
Francisco Bilbao, político. Santiago de Chile.
Guillermo Butler, religioso y pintor. Dublín, Irlanda.
ARQUITECTURA
En la actualidad es un paseo obligado para
cualquier turista del mundo, quien descubre en sus antiguas paredes a
centenares de personalidades y miles de historias que lo convierten en lugar
histórico, fantástico y emotivo.
Me quiero tomar este espacio para dedicarle unas palabras a una gran mujer: Evita, conocida por todos los argentinos y popularizada a nivel mundial gracias a la película protagonizada por Madonna allá por los años noventa.
"Quien
camina con oído atento entre las bóvedas de la Recoleta, escucha el
rumor de vidas singulares contra el inmenso coro de la memoria
colectiva. En este museo de los cuerpos, los itinerarios personales de
sus habitantes, conocidos o desconocidos, célebres o ignotos, se funden
inextricablemente con la Historia Argentina"
PRÓLOGO "Historias ocultas en la Recoleta", María Rosa Lojo y Roberto L. Elissalde
El 8 de julio de 1822 el gobierno de Martín Rodríguez
y su ministro Bernardino Rivadavia, dispusieron la creación del Cementerio del
Norte o de la Recoleta,
bendecido el 17 de noviembre de ese mismo año.
El flamante
cementerio fue bautizado "del Norte" por su orientación geográfica,
respecto a lo que era en ese momento la pequeña ciudad de Buenos Aires.
La traza la urbanizacion de la necrópolis fueron encargadas al ingeniero
francés Prósper Catelin.
Conociendo su historia: Algunos desconocen que en este transitado y turístico lugar donde se encuentra el cementerio, fue en un comienzo el convento de los frailes "recoletos". En 1715, gracias a las donaciones de dinero de Pedro Bustinza, la colaboración de Juan Narbona y las donaciones de terreno de Fernando Miguel Valdéz e Inclán, se pudo iniciar la contrucción del convento.
Era un barrio rodeado de quintas, que contaba con una calle, llamada "Calle Larga", actual avenida Quintana. Era un barrio alejado, sin tiendas ni restaurantes como en la actualidad. El camposanto se encontraba contiguo al convento y sólo eran enterrados allí los frailes de la Orden, pero a partir de 1822 el cementerio recibió el nombre oficial de Cementerio de Miserere o Cementerio General del Norte, al paso de los años se transformó en "Cementerio de la Recoleta". El nuevo cementerio recibió la bendición del deán de la Catedral Mariano Zavaleta.
A medida que pasaban los años, después de ese famoso decreto de 1822, el cementerio comenzó a poblarse de monumentos y bóvedas. Entre las primeras que sobresalieron, tenemos a la familia Bustillo en 1823.
Valentín Alsina |
A medida que pasaban los años, después de ese famoso decreto de 1822, el cementerio comenzó a poblarse de monumentos y bóvedas. Entre las primeras que sobresalieron, tenemos a la familia Bustillo en 1823.
Claro que el aspecto de la necrópolis no
era como en la actualidad. En su primer momento, los entierros
consistían en un féretro que se depositaba en una fosa, con una modesta y
sencilla cruz de madera sobre ella. Aquel personaje pudiente, le podía
agregar una lápida de mármol esculpida genermente por franceses. Muchas
de ellas fechadas en 1830 y 1850, que se pueden ver todavía por el
cementerio.
Durante la intendencia porteña de Torcuato de Alvear, comenzaron en 1881 su gran reconstrucción, inspirándose en la vieja Europa para realizar los cambios. Reformas no solo llevadas a cabo en el cementerio, sino también en sus alrededores: se abrieron nuevas calles, otras se pavimentaron, se realizaron desagües y se plantaron nuevas especies de árboles.
Mariano Unzué y familia |
Bóveda de Julio Argentino Roca |
Facundo Quiroga |
Entre los extranjeros enterrados en el cementerio nos encontramos con varios pesonajes, algunos de sangre azul y otros que fueron decisivos para la historia argentina.
Una nieta de Napoleón Bonaparte fue enterrada allí, debido a que su padre el conde Alejandro Colonna, hijo bastardo del Napoleón I y la condesa polaca María Walewska, se encontraba en Buenos Aires cumpliendo una función diplomática en representación de Francia. Su hijita recién nacida, falleció en este suelo con solo algunos días de vida. Se encuentran también Guillermo Brown, importante almirante. El erudito napolitano Pedro de Angelis, quien tuvo un desempeño al lado de Juan Manuel de Rosas, algunos años después fue enterrada su esposa Melanie Dayet, francesa y primera presidenta de las Damas de la Caridad de San Vicente de Paul. Mariette Lydis, condesa de Govone también se hace presente en el cementerio.
Bóveda Dorrego Ortiz Basualdo. Parábola de las vírgenes prudentes |
El en friso del pórtico del cementerio se ven trece alegorías. La esfera simboliza la eternidad, pues gira constantemente entre la vida y la muerte. Las alas abiertas, el alma que se libera con la muerte. La abeja es el emblema de la inmortalidad. El paño caído sobre la urna representa a la muerte. Las antorchas cruzadas, la vida y la muerte. El huso y un par de tijeras indican que se puede cortar el hilo de la vida, como lo hacían las parcas. El reloj de agua, marca las horas de la existencia. La serpiente que se nuerde la cola, la eternidad. La cruz con corona simboliza a Cristo. La cruz con la letra P es símbolo del crististianismo. El búho con alas desplegadas representa a la verdad y anuncia la muerte.
A la reforma del intendente Torcuato de Alvear en 1881, se deben el frente definitivo y el peristilo neoclásico que constituyen hoy en día la entrada de la Recoleta.
El cementerio tiene casi 5,5 hectáreas, albergando diferentes y originales estatuas, esculturas, bustos, ángeles, lujosos vitraux, puertas labradas con magnificas imágenes, gárgolas, haciendo de este recorrido un encuentro con una arquitectura única, un verdadero museo a “cielo abierto”. Más de 90 bóvedas han sido declaradas Monumento Histórico Nacional.
Entre los eternos moradores del cementerio
encontramos a tres generaciones de la
familia Alvear (Carlos, Torcuato y Marcelo T.), Facundo Quiroga, Nicolás
Rodríguez Peña, Eduardo Madero, Guillermo Brown, Juan Manuel de Rosas, Victoria
Ocampo, Ignacio Pirovano, Manuel Dorrrego, Don Bernardo de Iriyoyen, entre
muchos otros. Pero es la bóveda de la familia Duarte la más visitada, allí descansa
el cuerpo de la gran mujer argentina “Evita”.
¿Quiénes ya no están enterrados aquí?
Son varios los personajes que ya no se encuentran enterrados en este lugar, el motivo de su partida se debe en algunos de los casos, al reclamo de ciertas provincias, quienes le pidieron a la Ciudad de Buenos Aires "el regreso" de sus ilustres ciudadanos, en otros casos, fueron los mismos familiares quienes se encargaron del traslado.
Fueron trasladados a Tucumán:
Juan Bautista Alberdi, estadísta y escritor, famoso por ser el autor de "Las Bases".
Gregorio Aráoz Alfaro, médico.
Gregorio Aráoz de La Madrid, militar.
No le dejen flores, Alberdi no se encuentra aquí |
Trasladados a diferentes lugares de Buenos Aires:
Juan Bautista Azopardo, marino. San Nicolás de los Arroyos.
Jorge Bunge. Pinamar, ciudad que había fundado.
Carlos Germán Burmeister, naturalista. Museo de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", La Plata.
Mario J. Buschiazzo, arquitecto. Burzaco.
Ramos Castillo, Presidente de la Nación. Olivos.
Dolores Costa de Urquiza, primera dama, mujer de Justo José de Urquiza. Olivos.
Antonio Devoto, empresario italiano. Villa Devoto.
Ramón Estomba. Bahía Blanca, ciudad que había fundado.
Alfredo Fortabat, empresario. Olavarría
Cecilia Grierson, primera médica argentina. Cementerio Británico.
Paul Groussac, escritor. Cementerio de la Chacarita.
Tomás Guido, militar. Catedral de Buenos Aires.
Arturo Jauretche, escritor. Cementerio de Olivos.
Anarcasis Lanús. Lanús, ciudad que había fundado.
José Gregorio Lezama, hacendado. Berazateguí.
Pedro Luro, hacendado. Mar del Plata
Carlos Maschwitz, ingeniero. Berazategui.
Florencio Molina Campos, pintor. Moreno.
Carlos Mugica, religioso. Capilla Cristo Obrero, Villa 31.
Lino Palacio, dibujante. Jardín de Paz
Luis Piedra Buena, marino. Carmen de Patagones.
Bernardino Rivadavia, Presidente de la Nación. Plaza Miserere, Ciudad de Buenos Aires.
Dardo Rocha, político y gobernador de Buenos Aires. Catedral de La Plata, ciudad de la que su fundador.
Ricardo Rojas, escritor. Cementerio de Olivos.
Adolfo Saldías, historiador. Cementerio de la Chacarita.
Eduardo Sívori, pintor. Cementerio de la Chacarita.
Alfonsina Storni, poetisa. Cementerio de la Chacarita.
Enrique Uadondo, historidos. Luján.
Baldomero Fernández Moreno, poeta. Chascomús.
Jorge Newbery, aviador. Cementerio de la Chacarita.
Roberto M. Ortiz, Presidente de la Nación. Cementerio de Vicente López.
Victorino de la Plaza, Presidente de la Nación. Cementerio Parque Memorial.
Trasladados a Entre Ríos:
José Sixto Álvarez, escritor. Gualeguaychú.
Ricardo López Jordan, politíco y caudillo. Paraná.
Eduardo Racedo, militar.
Trasladados a Córdoba:
Gregorio Funes, religioso. Catedral de Córdoba.
Leopoldo Lugones, escritor. Villa María del Río Seco.
José María Paz, militar. Catedral de Córdoba.
Dalmacio Véles Sarfield, jurista. Palacio de Justicia.
Trasladados a otras provincias:
Leonardo Castellani, escritor y religioso. Reconquista, Santa Fe.
Eduardo Castex. La Pampa.
César Cipolletti, ingeniero. Mendoza.
Juana Manuela Gorriti, escritora. Salta.
Joaquín V. González, escritor y político. Chilecito, La Rioja.
Gerónimo Espejo, militar. El Plumerillo, Mendoza.
Carlos María Moyano, marino y explorador. Santa Cruz.
Juan Esteban Pedernera, militar. Mercedes, San Luís.
Rudecindo Roca, militar. San Martín de los Andes, Neuquén.
Juan de San Martín y Gregoria Matorras, padres del General José de San Martín. Yapeyú, Corrientes.
Trasladados a otros países:
Francisco Bilbao, político. Santiago de Chile.
Guillermo Butler, religioso y pintor. Dublín, Irlanda.
¿Que próceres, patricios y caudillos de la independencia tenemos?
Generales: Juan G. de Lavalle, Carlos María de Alvear, Facundo Quiroga, Bartolomé Mitre, Juan Martín de Pueyrredón, Tomás Guido, José María Paz, Juan José Viamonte, Cornelio Saavedra.
Coroneles: Federico Brandsen, José Antonio Álvarez de Arenales, Gregorio Perdriel, Manuel Dorrego, Mariano Escalada, Manuel Olazábal, Iganacio Álavarez Thomas.
Doctores: Salvador María del Carril, Dalmacio Vélez Sarfield, Guillermo Rawson, Nicolás Avellaneda, Juan Cruz Varela, Juan Bautista Alberdi, Vicente López, Florencio Varela, Feliciano Chiclana, Juan María Gutierrez, Bernardo Monteagudo, Nicolás Rodriguez Peña, Domingo French, Felipe Arana, Marcos Avellaneda, Manuel Moreno.
Brigadier: Migeul de Azcuénaga. Brig. Gral. Juan Manuel de Rosas
ARQUITECTURA
El que pretenda encontrar en la Recoleta un estilo arquitéctonico propio se sentirá totalmente defraudado. A la hora de recorrer vemos cien años de Historia reflejado en sus pasillos internos.
Sepulturas de 1819, otras de 1820 y algunas más antiguas de tierra y ladrillo difíciles de ubicar en la planificación actual. Hay enterratorios de tierra rodeados de una reja o hierros, a veces con una cruz, otras sin nada que han quedado aprisionadas entre dos bóvedas suntuosas. Son los antiguos tablones de 60 cm de ancho, y donde hay 4 muertos apretados, uno encima del otro. Creemos que son aquellos que quedaron cuando se efectuó la construcción y el delineamiento de avenidas, diagonales y calles.
El neoclásico, continuador de lo colonial, es el estilo que predomina en las bóvedas antiguas.
LA TUMBA DE EVA PERON
Bóveda de Evita |
Uno cuando pasea por el cementerio de la Recoleta se sorprende al ver magníficas contrucciones, algunas más llamativas que otras. Bóvedas antiguas que compiten con algunas un poco más modernas... camino y recorro ese lugar tan lleno de historias, leyendas y magia. Si, reconozco que es mágico. Pero hay algo que me sorprendió la primera vez que fuí, llegué, di varios recorridos, encontrándome de repente con todos los personajes que alguna vez había leído o estudiado. Mi desconcierto vino minutos después ¿Dónde está la tumba de Evita? No había ingresado con guía y un hombre me indicó mal y salí a la de Victoria Ocampo, un ícono de la literatura argentina y femenina. Pero ¿La tumba de la abanderada de los humildes? Y nuevamente consulté, pero esta vez me indicaron bien y la vi por primera vez. Se encuentra en un espacio muy angosto que dificulta la famosa foto que todos quieren, y que yo también queria. Una bóveda llena de placas y flores. Ubicada de manera oculta, como sino quisiera ser vista rápidamente, escondida entre un pasillo, con el título en su cabecera de "Familia Duarte" y no de "Eva Perón". Muchos turistas también la buscaban como yo, y me di cuenta que los extranjeros sólo les interesa conocer ese lugar.
Para algunos fue una mujer odiada, y para otros, amada, para mi, admirada, por el valor que tuvo frente a un grupo gobernante que la rechazaba y el coraje necesario para luchar por los más débiles y humildes, en una Argentina con tanta diferencia social y sin derechos.
Los guías te cuentan la historia de ella y las travesías de su cuerpo hasta llegar finalmente a la Recoleta. Los observo y me doy cuenta de la gran admiración que ellos también tienen y me emocionó, me alegra ver que los extranjeros admiren a Evita.
Me preguntaba porque una mujer que estuvo en contra de la clase alta fue enterrada precisamente allí, el barrio mas paquete y el cementerio que para muchos es de "los ricos". En varias ocasiones me enojaba por esto, pero después comprendí que esto tenía sus beneficios. El cementerio es el más famoso del país y es visitado por personas del mundo entero. Una zona de estudiantes y de vecinos que guardan su historia. Pensé y dije "Mejor que esté en Recoleta" ahora todos pueden tener acceso a la bella historia de su vida que te cuentan los guías, otros pueden reflexionar del "por qué" es la tumba más visitada y la que siempre tiene flores nuevas en sus paredes.
De noche, me imagino y fantaseo con que Eva Perón o como me gusta llamarla a mí "Evita" se levanta de su tumba para enfrentar a aquellos enemigos del pasado que hoy también conviven con ella en ese descanso eterno, discutirá y les mostrará que se logró derechos para el trabajador, ahora tanto hombre como mujer pueden votar y los hijos nacidos fuera del matrimonio también son herederos y no más bastardos... me la imagino así, luchando y soprendiéndose de no haber sido olvidada, incluso por una generación como la mía que nació varios años después de su muerte y que al igual que muchos, también dejo una flor en esa puerta que guarda su cuerpo.
Pero mi sorpresa continua cada vez que se cumple un aniversario de su muerte, y empiezan a llegar las flores, las coronas y las cientos de personas de cualquier edad que se acercan hasta el cementerio para recordarla, para agradecerle, para decirle cuanto la admiran, demostrándole al paso del tiempo, que hay personas que JAMAS SE OLVIDAN!!
excelente informe!! Gracias!!
ResponderEliminarLes sugiero corregir un error: Dolores Costa de Urquiza, fue trasladada a la catedral de Concepción del Uruguay, Entre Ríos al mausoleo de su esposo, el General Justo José de Urquiza. El presidente Victorino de la Plaza fue llevado a Salta y Alfredo Fortabat fue exhumado de la iglesia de Villa Fortabat y descansa desde 2005 en la tumba de Federico Lacroze donde también está sepultada su esposa Amalia Lacroze. Saludos.
ResponderEliminarDonde dice "No le dejen flores, Alberdi no se encuentra aquí" no deja de ser acertado. Pero en realidad es el cenotafio de Valentín Alsina, quien descansa en el mausoleo de su hijo Adolfo Alsina, vicepresidente de Sarmiento. El cenotafio de Juan Bautista Alberdi está dandole la espalda al mausoleo de Juan Manuel de Rosas.
ResponderEliminarGracias por tu comentario pero me gustaría mucha conocer la fuente sobre la que te apoyas para afirmar que Valentín Alsina, quien descansa en el mausoleo de su hijo Adolfo Alsina" He estado buscando el dato sin encontrarlo. Te agradeceré mucho la información.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn mi comentario de Diciembre de 2012, hay un error: Victorino de la Plaza fueron trasladados en 2004 al cementerio Parque Memorial en Pilar, Bs As. Gracias.
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